María José Cristerna (36) se gana la vida como disc-jockey en discotecas de Guadalajara y da charlas a mujeres que sufren abuso en sus hogares.
La mexicana María José Cristerna (36), conocida como ‘Lady vampiro’, llama la atención donde va, pues está cubierta de tatuajes de la cabeza a los pies, tiene colmillos, múltiples perforaciones en la cara y posee impresionantes cuernos de titanio implantados en la cabeza.
Se gana la vida como disc-jockey en discotecas de Guadalajara y da charlas a mujeres que sufren abuso en sus hogares.
“Antes la gente le temía, hacían gestos como si ella fuera el diablo, pero ahora la quieren y hay mujeres que buscan su ayuda”, dijo un amigo.
Se le conoce como 'la mujer vampiro' de México y aclara que lo suyo es un cambio de apariencia externa "por necesidad vital", tras ser víctima de malos tratos por parte de su ex marido.
María José Cristerna es profundamente católica y tiene una vida que ella misma califica como "normal" porque trabaja duro, no trasnocha y se levanta temprano para llevar a su prole al colegio.
Está cubierta de tatuajes en un 100% de su anatomía, luce varios piercings en su rostro, implantes de titanio, simulando cuernos y colmillos modificados de su propia dentadura.
Al empezar a tatuarse pudo "respirar como muchas mujeres que respiran y se toman un café por la mañana sin sentir que nadie les va a oprimir la garganta".
Cristerna nació en una familia religiosa y se casó a los 17 años. Tras separarse de su pareja de manera definitiva y después de dar luz a su cuarto hijo, decidió continuar con su transformación
"Los cuernos que tengo son símbolo de fuerza, son implantes que fueron colocados sin anestesia, el color de mis ojos los cambié porque era como realmente quería ser yo y los colmillos, es porque desde muy niña me encantan los vampiros", recalcó.
Aunque la llaman ‘la mujer vampiro’, ella prefiere ‘mujer jaguar’.
“Me casé porque me sentí sola; mis padres tenían año y medio de haberse separado, y cuando alguien te hace reír te enamora", explica.
María José tiene claro que Silvana, Samantha, Guillermo e Ismael (sus hijos) son la razón de su vida.
“Me hice los colmillos porque amaba a los vampiros de pequeña y cambié el color de mis ojos para que tuvieran el color que quería”.
Su transformación, eso sí, aún no ha terminado, ya que pretende modificar su cuerpo aún más implantándose cuernos detrás de la cabeza.
Fuente: http://trome.pe/actualidad
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